NRK planta cara: Noruega exige cambios en el sistema de votación de Eurovisión tras el caso israelí

Photo: Corinne Cumming (EBU)

Un mes después de la final del Festival de Eurovisión 2025, las brasas del escándalo siguen ardiendo. Esta vez, el fuego viene del norte. Noruega, sí, ese país de fiordos, trolls y ganadores eurovisivos esporádicos, ha decidido alzar la voz contra lo que consideran una grave grieta en el sistema de votación del certamen.

Mads Tørklep, jefe de delegación de NRK, compareció esta semana ante el Consejo de Radiodifusión noruego con una acusación tan seria como sutilmente diplomática: “Creemos que es urgente revisar las reglas para mantener la competición libre de connotaciones políticas”. En cristiano: lo de Israel este año les ha parecido, como mínimo, poco ético.

La gota que colmó el vaso nórdico: 80 votos procedentes de personas que, según datos internos, ni siquiera vieron el programa. Todo muy orgánico, claro.

¿20 votos por tarjeta? NRK dice basta

Actualmente, cualquier espectador puede emitir hasta 20 votos con una tarjeta de crédito y otros 20 con un teléfono móvil. Una auténtica carta blanca para los entusiastas del televoto… o para operaciones coordinadas a gran escala.

Tørklep explicó que han solicitado el acceso a los datos de votación en Noruega para analizar posibles irregularidades, pero la UER (Unión Europea de Radiodifusión) les cerró la puerta con un argumento de thriller escandinavo: si se publican los datos, alguien podría descubrir cómo manipular el sistema. ¿No lo han hecho ya?

El elefante israelí en la sala

Aunque nadie lo menciona oficialmente, todas las flechas apuntan a la intensa campaña estatal israelí para apoyar a su representante. Publicidad en YouTube, redes sociales, y hasta en Times Square, como si se tratara de un nuevo estreno de Marvel. Que sí, que no rompe las reglas, dice la UER. Pero que chirría más que un playback mal hecho, también.

Casi un centenar de quejas llegaron al Consejo de Radiodifusión de Noruega en relación a esta situación. El jurado votó una cosa, el público otra, y el conjunto olía más a campaña política que a fiesta musical.

¿Y ahora qué?

Según Tørklep, la UER estaría dispuesta a revisar las normas, aunque el debate no será inmediato. Primero pasarán por la cocina de la “mesa de gobernanza” de la UER, donde —por supuesto— Noruega no tiene asiento. Más tarde, se discutirá en una reunión en Croacia con todos los países participantes, donde, con suerte, no solo servirán burek sino también algo de justicia eurovisiva.

Por lo pronto, NRK promete seguir presionando. Porque si algo tiene Noruega, aparte de petróleo y ganadores del Nobel, es memoria.

Fuente: VG

También te podría gustar...