El Lado Oculto de Eurovision: Nemo Desvela el Abandono de los Organizadores

La victoria de Nemo en el Festival de Eurovisión de este año estuvo lejos de ser una celebración idílica. Le artiste suize de 25 años, conocide por ser la primera persona no binaria en ganar el concurso, ha revelado la falta de apoyo de la organización en medio del caos político que rodeó la competición.
«Me sentí muy sole«, confesó Nemo en una entrevista explosiva para la BBC, señalando que el evento, celebrado en Malmö, Suecia, estuvo marcado por tensiones derivadas de la inclusión de Israel. Las protestas propalestinas y las peticiones para que Israel fuera excluido del concurso, debido a sus acciones militares en Gaza, generaron un ambiente enrarecido que afectó directamente a varios participantes, incluido el propio Nemo.
El caos no solo estuvo en las calles, sino también entre bambalinas. «Había una presión constante para boicotear el evento«, recuerda Nemo, añadiendo que algunos artistas, como la representante israelí Eden Golan, recibieron incluso amenazas de muerte. La tensión en los camerinos era palpable, y Nemo critica duramente a los organizadores de Eurovisión, la Unión Europea de Radiodifusión (EBU), por no haber tomado medidas adecuadas. «Tardaron demasiado en actuar. Nos prometieron respuestas que aún estamos esperando», sentenció.
El conflicto político ensombreció lo que debería haber sido una celebración de la música y la diversidad, pero para Nemo, el evento se convirtió en una batalla personal. «Eurovisión es más que un concurso musical. Es un escaparate de culturas y de entendimiento entre los pueblos», afirmó. Sin embargo, su participación estuvo marcada por la controversia, y pese a su victoria, siente que el festival perdió su esencia de unión.
Nemo, quien recientemente lanzó su primer sencillo tras la victoria, Eurostar, sigue creyendo en el espíritu de Eurovisión, pero no oculta su decepción por cómo fueron manejados los incidentes. «El EBU necesita garantizar que los futuros concursantes no pasen por lo mismo», dijo, enfatizando que la carga emocional fue considerable para muchos artistas.
A pesar de todo, Nemo celebra el impacto que su victoria ha tenido, especialmente dentro de la comunidad LGBTQ+. «Ha sido un momento importante para muchas personas queer, que finalmente se sintieron vistas y comprendidas», señaló, refiriéndose al efecto que The Code, la canción ganadora, tuvo en la discusión pública sobre identidad de género en Suiza y en otros países.
Pero mientras el brillo de Eurovisión comienza a desvanecerse, Nemo mira hacia el futuro con esperanza, decidido a seguir su camino artístico sin dejarse amedrentar por las controversias. «Eurovisión fue un momento crucial, pero ahora quiero enfocarme en lo que está por venir», concluyó el artista, determinado a transformar su voz en un motor de cambio en el panorama musical y social europeo.
Fuente: BBC