Suiza busca sucesor para Nemo y abre la veda eurovisiva con su infalible fórmula secreta

Lo de Suiza con Eurovisión ya no es casualidad. Desde que decidió tomarse en serio aquello de participar para ganar, ha ido encadenando aciertos como si fuera el país con más volcanes creativos por metro cuadrado. Y ahora, tras la victoria de Nemo y el top 10 conseguido en casa con Voyage, la RTS ha decidido que toca repetir fórmula. Porque, si algo funciona, para qué cambiarlo.
Este lunes se ha abierto el plazo para enviar canciones a la selección suiza de Eurovisión 2026, ese proceso misterioso, riguroso y casi monástico que se celebra en los despachos de la SSR SRG y del que nunca se filtra nada (ni un mísero acorde). ¿El objetivo? Elegir al próximo artista que representará a Suiza en Austria.
Todo bajo control, como un reloj suizo
Hasta el 25 de agosto, autores, artistas y productores podrán enviar sus propuestas. Eso sí, nada de IA, plagios, ni inventos: el comité suizo lo quiere todo bien empaquetado, afinado y con manual de instrucciones. Como si fueran aspirantes a una beca en la Escuela Politécnica Federal de Zúrich.
Una vez cerrado el plazo, comenzará la criba silenciosa. Adiós a las canciones que no cumplan estándares, tempo o clima emocional. Luego vendrán las audiciones a puerta cerrada y, más adelante, la gran decisión: el elegido o elegida para intentar que Suiza encadene una tercera hazaña consecutiva.
¿Quién elige? Pues los de siempre, pero con bata blanca
El sistema no cambia: tres jurados (suizo, internacional y experto) decidirán el destino de la candidatura. Entre ellos, 25 personas que ya han formado parte de jurados nacionales del festival, seleccionadas por la consultora YouGov. Nada queda al azar, ni siquiera el margen de error.
¿Se anunciará pronto el nombre del próximo elegido? No. Esto es Suiza. Habrá que esperar hasta finales de año, y si te despistas, igual lo anuncian en Nochebuena entre fondue y vino caliente.
Una presión que no pesa… pero casi
Desde 2019, Suiza solo ha bajado una vez del top 10. Nemo ha puesto el listón en la estratosfera. ¿Estará la escena musical suiza a la altura de la nueva expectativa? ¿Seguirá la racha sin desentonar? ¿Se colará algún artista en francés, alemán, italiano… o romanche? Preguntas que solo la SSR SRG puede responder. Y lo hará cuando le venga bien.
Lo único claro es que Suiza ya no compite por participar. Compite por ganar. Y el resto de Europa haría bien en tomar nota.
Fuente: Eurovision au quotidien