Marina Satti rompe su silencio: “El bostezo fue una forma de decir basta. Lo volvería a hacer… de otra forma”

La artista griega Marina Satti habló sin rodeos el pasado 26 de mayo en The 2Night Show sobre Eurovisión, Eden Golan, el feminismo sin eslogan, y las mil formas de decir “me incomoda”. Una entrevista que reabre heridas, lanza reflexiones y, de paso, da una clase magistral sobre autenticidad.

Cuando un bostezo lo dice todo

Casi un año después de su controvertido gesto en la rueda de prensa de la segunda semifinal de Eurovisión 2024 —cuando se le captó bostezando mientras hablaba la representante israelí, Eden Golan— Marina Satti pone las cosas sobre la mesa: El bostezo fue una muestra de incomodidad. Incluso por lo que estaba ocurriendo ahí dentro. No cambiaría mi posición, pero sí la forma de expresarla”.

Satti, que representó a Grecia con la poderosa y polarizante ZARI, explicó que si hubiera sabido que su reacción tendría esa visibilidad, “quizás habría optado por otro gesto”, pero defendió la intención: “Todo el mundo sabía por qué lo hice. Lo sabían ellos. Y lo sabía yo.

Honestidad brutal: del cuerpo a la carrera

La entrevista, emitida el lunes 26 de mayo, fue también un viaje íntimo por sus miedos y decisiones: “De pequeña me importaba muchísimo lo que pensaran los demás. No quería decepcionar a nadie”, confesó.

Ahora, con un cambio de década a la vista, su filosofía ha virado: “Cuando empezó 2023, decidí ponerme lo que nunca me había atrevido a llevar. Me liberé. Me dejo llevar por lo que me apetece y no por lo que pensarán”.

Una desdramatización del cuerpo, del estilo y, por qué no decirlo, del qué dirán. “Si alguien piensa que soy poco seria por vestirme como me da la gana, es su problema”.

¿Bullying a Eden Golan? “No me representa”

Satti también abordó la polémica que la vinculó con un supuesto bullying hacia Eden Golan: “Eso es lo que más me ha dolido. Se construyó un relato que no es cierto. Dije claramente que era una chica preciosa y una cantante impresionante. Pero se mezclaron las narrativas, como pasa tantas veces”.

Lo dice con serenidad, pero con esa firmeza que caracteriza su discurso desde que saltó a la fama: no le tiembla la voz al poner los puntos sobre las íes.

De Klavdia a las comparaciones que no van a ninguna parte

Con una naturalidad pasmosa, la cantante también comentó el paso de Klavdia, representante griega en 2025: “Tiene una voz tan impresionante que podría haber ganado. Las comparaciones no tienen sentido: no somos de la misma edad, ni cantamos lo mismo, ni tenemos el mismo estilo”.

Además, rechazó tajantemente la idea de que no contara con el apoyo del público griego: “Recibo muchísimo cariño, la gente viene a mis conciertos y eso es lo que importa”.

Eurovisión, sí. Pero no a cualquier precio

Por si a alguien le quedaban dudas, Marina Satti no se arrepiente de haber sido ella misma. Solo matiza la forma. “No me siento en desventaja por haber discutido con periodistas. Representaba a un equipo y me dolió que algunos pasaran un mal rato. Pero yo también tengo derecho a ser fiel a mis emociones y a mis necesidades”.

En un contexto tan mediático como Eurovisión, donde todo se amplifica y cualquier gesto se convierte en titular, Marina Satti decidió no ser un producto más. Y, aunque eso suponga perder likes, lo compensa con credibilidad.

La suya.

Fuente: Zappit.gr

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