Malta nada a contracorriente: no boicoteará Eurovisión aunque participe Israel

Mientras varios países europeos amenazan con abandonar el Festival de Eurovisión 2026 si Israel sigue en la lista de participantes, Malta ha optado por un camino muy distinto. El ministro de Cultura, Owen Bonnici, ha confirmado que la isla mediterránea no se sumará al boicot, defendiendo la idea de que la cultura debe ser “un espacio para el diálogo”.
En declaraciones al Times of Malta, Bonnici reconoció su crítica a las acciones del gobierno israelí, pero insistió en que Eurovisión debe ser un punto de encuentro, no una herramienta de exclusión.
“Aunque condeno completamente lo que hace el gobierno de Israel, creo que la cultura debe ser ese lugar seguro donde el diálogo siempre sea posible”, subrayó el ministro.
Una apuesta por el diálogo… incluso en mitad del ruido
Las palabras de Bonnici llegan justo cuando la presión contra Israel aumenta. Irlanda, Eslovenia, Islandia, Países Bajos y España ya han advertido que podrían retirarse del certamen si la Unión Europea de Radiodifusión (UER) mantiene la invitación al país hebreo. España, de hecho, se ha convertido en el primer miembro del Big Five en amenazar con un boicot oficial, un gesto con un peso económico y simbólico inédito en la historia del festival.
Malta, sin embargo, prefiere mantener abierta la conversación. “Eurovisión es un lugar de encuentro, un lenguaje común en el que los pueblos pueden entenderse mejor”, defendió Bonnici, apelando a la función del arte como puente en tiempos de conflicto.
Una postura que, para algunos, suena a neutralidad diplomática; para otros, a acto de fe cultural.
Entre la ONU y el escenario de Viena
Las declaraciones del ministro maltés se producen días después de que una investigación de Naciones Unidas acusara a Israel de cometer genocidio en los territorios palestinos y señalara al primer ministro Benjamin Netanyahu por incitación al odio. Bonnici no esquivó el tema:
“Estoy de acuerdo con la evaluación de la ONU. Palestina tiene derecho a existir como Estado y condeno lo que Israel está haciendo tanto dentro como fuera de sus fronteras”.
Pese a la dureza de sus palabras, el ministro insiste en que Eurovisión no debe cerrarse al diálogo, recordando debates similares durante la guerra entre Rusia y Ucrania, cuando algunos países pedían eliminar compositores rusos de los programas culturales europeos. “Al principio pensé que debía prohibirse”, recordó, “pero luego comprendí que la cultura no puede funcionar con censura”.
La decisión, en manos de la UER
La Unión Europea de Radiodifusión (UER) se reunirá en diciembre para decidir si mantiene o expulsa a Israel del certamen, previsto para mayo en Viena. Hasta entonces, Malta parece decidida a mantener el compás del diálogo, incluso aunque sus vecinos decidan cambiar de melodía.
Fuente: The times of Malta