La UER responde tras la devolución del trofeo de Eurovisión por parte de Nemo

La Unión Europea de Radiodifusión (UER) ha reaccionado con un tono medido, casi solemne, después de que Nemo, ganador de Eurovisión 2024, anunciara que devolvía su micrófono de cristal en protesta por la continuidad de Israel en el certamen.
La decisión del artiste suize, comunicada el jueves, llega en un momento de creciente tensión dentro del universo eurovisivo, marcado por las críticas al papel de la UER ante la guerra en Gaza y por el debate que esta ha generado entre seguidores, artistas y radiodifusoras públicas.
En un comunicado breve, Martin Green, director ejecutivo de Eurovisión, afirmó que la organización está “apenada” por la decisión de Nemo, pero subrayó que “respeta profundamente” las posiciones expresadas por el intérprete. Green añadió que Nemo “siempre será parte de la familia de Eurovisión”, un mensaje que parece buscar cierta calma en uno de los momentos más polarizados de los 70 años de historia del festival.
La respuesta, sin embargo, evita entrar en el núcleo de la denuncia de Nemo: la contradicción entre permitir la participación de Israel y los valores de unidad, inclusión y dignidad que el propio concurso reivindica. La UER opta así por una línea institucional que intenta contener la tormenta sin enfrentarse abiertamente a sus causas.
La presencia de Israel se ha convertido en un punto de fricción cada vez mayor desde el estallido de la guerra en Gaza, agravada además por las polémicas de voto surgidas en la última edición. Para muchos críticos, la negativa de la UER a reabrir el debate sobre la participación del país simboliza una resistencia más profunda a confrontar la dimensión política del conflicto.
En este contexto, el gesto de Nemo adquiere un peso simbólico evidente. La devolución del trofeo cuestiona directamente la narrativa de que Eurovisión es un espacio “apolítico”, y llega justo cuando varias televisiones públicas ya han anunciado su retirada de la edición de 2026.
La reacción de la UER —contenida, diplomática y centrada más en el tono que en el fondo— muestra lo delicada que es la situación. Por ahora, la organización parece decidida a mantener el rumbo del concurso, aunque el terreno bajo sus pies no haya dejado de moverse.
Fonte: BBC