Eurovisión en modo espejo: Islandia pide a la UER medir a Israel con la misma vara que a Rusia

Photo: Alma Bengtsson (EBU)

Cuando los focos eurovisivos parecían apuntar ya hacia la edición de 2026, el presidente del consejo de RÚVStefán Jón Hafstein, ha soltado un misil diplomático (con ritmo pop, eso sí): reclama que la Unión Europea de Radiodifusión (UER/EBU) suspenda a Israel del certamen mientras no se esclarezcan las acusaciones de crímenes de guerra en Gaza. Y lo hace con un argumento afilado: «Si a Rusia y Bielorrusia se les cerró la puerta por Ucrania, ¿por qué el listón ético habría de bajar para Palestina?»

Un déjà vu con sabor a fiordo

En 2022, medio continente exigió la salida inmediata de Rusia de Eurovisión tras la invasión de Ucrania. La UER alegó entonces que permitir su actuación “desprestigiaría la competición”. Dos años después, Stefán Jón desempolva aquella cita para retar a la organización: o se aplica el mismo estándar moral, o el festival corre el riesgo de convertirse en una pasarela selectiva de principios.

Las propuestas islandesas – versión “no todo vale”

  1. Suspensión temporal de Israel hasta que las investigaciones internacionales ofrezcan conclusiones claras e imparciales.
  2. Artistas israelíes bajo bandera neutral, siempre que firmen un compromiso público con los valores de Eurovisión, incluidos los derechos humanos universales.
  3. Insertar en el reglamento eurovisivo un protocolo de derechos humanos al estilo de las federaciones deportivas, para evitar arbitrariedades futuras.

¿Un veto contra la música? No exactamente

Stefán Jón se cuida de subrayar que el objetivo no es silenciar a los creadores israelíes ni mezclar antisemitismo con geopolítica; se trata de exigir coherencia: «Un crimen no legitima otro crimen, y el dolor de unas víctimas no vale más que el de otras». El directivo recuerda los más de 15.000 niños fallecidos en Gaza según datos de la ONU y advierte: permitir la participación israelí “en estas condiciones envía el mensaje de que los valores eurovisivos son opcionales”.

La «hora de la verdad» para la UER

El debate no es académico. En julio, la asamblea general de la UER en Londres incluirá en su agenda la situación de Israel. RÚV ya ha instruido a su director general para que vote a favor de la expulsión si la propuesta llega al pleno. La bola, como siempre, queda en el tejado de Ginebra.

Ironía final (y no apta para baladas)

Eurovisión presume de ser la fiesta de “la paz, la diversidad y la unidad a través de la música”. Pero, como diría un jurado nórdico con sarcasmo fino, los valores se desafinan cuando se afinan según quién sostenga el micrófono. Este verano sabremos si la UER afina la guitarra… o desafina la conciencia.

Fuente: Visir

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