Eurovisión 2026: Viena e Innsbruck se baten en duelo para ser la sede – y la batalla promete chispas

La ciudad de Viena es una de las candidatas para albergar el Festival

La carrera para albergar Eurovisión 2026 en Austria ya parece un drama digno del prime time. Viena e Innsbruck han presentado oficialmente sus candidaturas y el ORF ya ha puesto en marcha los primeros contactos. ¿El resultado? Dos ciudades sacando pecho, dos propuestas potentes y un país entero esperando el veredicto… mientras Europa se pregunta: ¿iremos de vals en la Stadthalle o de polka alpina en la Olympiaworld?

El ORF, encantado de tener “dos joyas” sobre la mesa

El director general del ORF, Roland Weißmann, no se ha contenido a la hora de elogiar a ambas candidatas:

“Con Viena e Innsbruck tenemos dos propuestas apasionantes, con grandes condiciones y, lo más importante, un entusiasmo palpable por el ESC.”

Traducción: los equipos austríacos se han dejado la piel en el PowerPoint. Y no es para menos: Michael Krön, productor ejecutivo de Eurovisión 2026, ha dejado claro que las presentaciones no eran solo bonitos eslóganes, sino auténticos manuales de estrategia eurovisiva. Ahora llega la fase más divertida: semanas de negociaciones, detalles técnicos y algún que otro tira y afloja digno de un culebrón.

¿Vals vienés o montaña tirolesa?

  • Viena juega la carta de la experiencia. La Stadthalle ya acogió Eurovisión en 2015 y presume de ser una sede con solvencia probada, buena logística y encanto urbano.
  • Innsbruck, en cambio, vende su Olympiaworld como una “escena alpina con proyección internacional”. Y, seamos sinceros, a nadie le amarga un selfie con montañas de fondo.

El ORF promete tomarse su tiempo para analizar cada detalle: capacidad de alojamiento, transporte, acústica… y, cómo no, la imagen que cada ciudad proyecta al mundo. La decisión final llegará a finales de agosto, lo que nos deja semanas para especular y hacer quinielas.

Eurovisión 2026: Austria en el punto de mira

Sea cual sea la elegida, una cosa está clara: Austria se juega mucho más que un simple espectáculo. La elección marcará la imagen del país ante más de 160 millones de espectadores. Y mientras tanto, los eurofans ya sueñan con schnitzel, vals y, por supuesto, algún número imposible con trajes brillantes y fuego artificial.

¿Será Viena con su elegancia imperial o Innsbruck con su encanto alpino la que se lleve el micrófono de oro… pero como anfitriona?

La respuesta, queridos eurofans, llegará con el último calor del verano.

Fuente: ORF

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