Baby Lasagna Desata la Polémica: Tensiones en el Backstage de Eurovisión

Eurovisión, ese caleidoscopio anual de luces, ritmos y naciones unidas en torno a una competencia que a menudo parece más espectáculo que música, ha vuelto a incendiarse con un nuevo escándalo, esta vez protagonizado por el representante de Croacia, el excéntrico artista conocido como Baby Lasagna. Bajo ese nombre tan peculiar, se esconde Marko Purišić, un joven irreverente y carismático que, en su última entrevista, ha puesto sobre la mesa algunos de los episodios más turbios de la edición 2024 de este famoso festival europeo.

Durante su intervención en el popular Podcast Inkubator de Croacia, acompañado de su mánager Krešimir Šustić, Baby Lasagna no se mordió la lengua. Lo que empezó como una conversación aparentemente ligera y llena de humor acabó revelando el lado oscuro de Eurovisión: tensiones entre delegaciones, desplantes entre concursantes y una sutil, pero feroz, lucha por el poder detrás del telón.

Bambie Thug: ¿Grito de Guerra o Estrategia de Éxito?

Uno de los principales blancos de las observaciones de Baby Lasagna fue la representante de Irlanda, la enigmática y performativa Bambie Thug. Con su estética vanguardista y una puesta en escena tan audaz como desconcertante, Bambie Thug logró colarse entre los favoritos de la edición, algo que, según Baby Lasagna, se debió más a su espectáculo que a su talento musical.

El croata describió con humor un momento surrealista en el que, durante la recta final de la votación, Bambie comenzó a gritar: “¡Nemo! ¡Nemo!”, refiriéndose al ganador suizo. Pero la respuesta no se hizo esperar: la delegación serbia replicó con un coro de «¡Marko! ¡Marko!». “Me moría de risa”, comentó Baby Lasagna, recordando el caos entre bastidores. A pesar de su evidente simpatía por la artista irlandesa, no pudo evitar añadir con cierta ironía que su éxito no se debía exclusivamente a la música, sino a una producción espectacular que, sin duda, rompió moldes. “Escucho esa música, me parece genial… pero vamos, era todo el show lo que la llevó lejos”, concluyó.

El Conflicto con Israel: Amor, Paz y… ¿Gritos?

Sin embargo, la polémica no se quedó solo en las anécdotas curiosas. Baby Lasagna arrojó luz sobre un enfrentamiento que tuvo lugar entre la delegación irlandesa y la israelí, un incidente que, hasta ahora, había pasado desapercibido para el público. Según relató, el conflicto surgió cuando alguien de la delegación israelí comenzó a grabar a Bambie Thug sin su consentimiento. La respuesta de la irlandesa fue inmediata y vehemente: se puso a gritar que Eurovisión era “una celebración del amor y la paz”, todo mientras increpaba a los cámaras.

El contraste no pasó desapercibido para Baby Lasagna, que no pudo contener la risa ante lo que consideró una contradicción evidente. “Hablando de amor y paz mientras grita como si estuviera en una pelea…”, comentó entre carcajadas. Pero el drama no terminó ahí. Según el croata, después del altercado, tanto Bambie como Nemo, el artista suizo, corrieron a una sala privada y estallaron en llanto. “¿Qué os pasa?” “Esto es Eurovisión, no un culebrón”, ironizó, reflejando lo absurdo de la situación.

La Descalificación de Joost Klein: Una Tormenta en la Sombra

Otro de los temas calientes que Baby Lasagna abordó fue la inesperada descalificación del representante holandés, Joost Klein. La noticia había sorprendido a todos, pero los detalles sobre lo ocurrido seguían siendo confusos. Aparentemente, Klein se negó a presentarse a una de las pruebas, enviando en su lugar a un sustituto, lo que generó las primeras tensiones. No obstante, el verdadero conflicto surgió cuando un enfrentamiento físico con una fotógrafa derivó en su expulsión.

“Parece que Joost le tiró la cámara a la fotógrafa después de que esta insistiera en grabarle. Ahí empezó todo”, explicó Baby Lasagna, adoptando un tono más reflexivo. Según sus fuentes, el altercado dejó a la fotógrafa sintiéndose insegura, lo que llevó a la intervención de la policía y, finalmente, a la expulsión del artista por parte de la EBU. Aunque algunos detalles permanecen borrosos, lo que está claro es que la situación escaló rápidamente fuera de control. “No sé qué ocurrió exactamente, pero para que lo hayan descalificado, algo grave tuvo que pasar”, agregó el croata, quien confesó haberse convertido en un «chismoso profesional» durante los ensayos.

Repercusiones Internacionales y Solidaridad con Palestina

Las repercusiones del explosivo testimonio de Baby Lasagna no se hicieron esperar. Varios medios internacionales, especializados en Eurovisión, como Eurovision Fun, no tardaron en recoger sus palabras, y el eco de sus declaraciones se sintió a lo largo y ancho de las redes sociales. Poco después del revuelo, tanto Bambie Thug como Nemo dejaron de seguir al croata en sus redes sociales lo que pareció confirmar que las tensiones en el backstage habían trascendido al ámbito personal.

Sin embargo, Baby Lasagna no dio muestras de arrepentimiento. De hecho, aprovechó la atención mediática para pronunciarse sobre un tema aún más polémico: la situación en Palestina. A través de una serie de publicaciones en Instagram, el croata manifestó su apoyo incondicional a la causa palestina, criticando abiertamente las acciones del gobierno israelí. “No planeaba pronunciarme, pero siento que tengo una responsabilidad con la comunidad de Eurovisión”, explicó en su historia. En su mensaje, Baby Lasagna condenó las acciones del gobierno israelí y ofreció sus oraciones por las víctimas palestinas, comprometiéndose a ayudar de cualquier manera posible.

Una Voz Incómoda en el Mundo de Eurovisión

Con su peculiar mezcla de humor, sinceridad brutal y activismo político, Baby Lasagna ha dejado claro que no es simplemente otro concursante más de Eurovisión. Su irreverencia y su capacidad para decir lo que otros no se atreven lo han convertido en una figura tan polémica como fascinante. Algunos lo aplauden por su franqueza; otros, sin embargo, lo critican por no tener pelos en la lengua.

Pero, para bien o para mal, Baby Lasagna ha logrado algo raro en el universo de Eurovisión: ha desnudado las tensiones subyacentes que a menudo se esconden bajo la fachada brillante del festival. Y en un mundo donde la imagen lo es todo, su valentía para hablar sin tapujos lo ha colocado en el centro del huracán mediático.

Al final, quizás sea esa misma honestidad la que hace que Baby Lasagna sea una figura imposible de ignorar en un mar de voces preparadas para el espectáculo. Porque, al fin y al cabo, en Eurovisión, no solo se trata de la música, sino de las historias humanas que bullen bajo el escenario.

Fuente : Glas Istru

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