Sanremo 2026: la Rai pasa el corte y ya solo queda negociar (¡y que no se eternice!)

¡Habemus Rai! La televisión pública italiana ha sido admitida formalmente como candidata —y única, todo sea dicho— para organizar las próximas tres ediciones del Festival de Sanremo. Tras meses de suspense judicial, recursos varios y una obligada licitación pública dictada por el Consejo de Estado, la propuesta de la Rai al Comune de Sanremo ha superado con éxito el trámite documental. Más que un sprint, ha sido una maratón administrativa con final (más o menos) feliz.
“La oferta de la Rai contenía todo lo que pedimos en nuestra convocatoria, así que ha sido declarada admisible”, ha declarado a la agencia ANSA el alcalde de Sanremo, Alessandro Mager, con la satisfacción (y quizás también el alivio) de quien ve que, por fin, las piezas empiezan a encajar.
Siguiente paso: que no se duerman
La comisión de evaluación ahora tiene que decidir cuándo reunirse —esperemos que no coincida con el puente del Ferragosto— para iniciar el análisis de la propuesta en profundidad. “Los tiempos deben ser ágiles”, remarca Mager, aunque deja claro que no depende solo de él. “Espero que la fase de negociación directa tampoco se alargue demasiado”, añade con diplomacia… y una pizca de impaciencia.
Frío con la Rai, pero con cariño
El alcalde también ha aprovechado para lanzar un guiño a Carlo Conti, nuevo director artístico del Festival, y explicar por qué ha habido silencio absoluto entre el Comune y la Rai durante meses: “Era necesario guardar la máxima discreción y mantener una equidistancia institucional, porque se trataba de un proceso delicado con muchos intereses económicos en juego”.
En otras palabras: no es que se hayan peleado, es que se estaban haciendo los suecos por motivos legales.
La pelota está oficialmente en el tejado de la Comisión. Si todo va según lo previsto, Sanremo 2026 volverá a emitirse en Rai 1, con alfombra roja, flores, galas maratonianas y ese exquisito caos que solo la ciudad de los fiori puede ofrecer cada febrero. Pero antes toca rubricar todo con firma, sello y (esperemos) sin más sobresaltos judiciales.
Fuente: ANSA