RTBF se hace la interesante: Bélgica juega al despiste con su presencia en Eurovisión 2026

Photo: Sara Louise Bennett (EBU)

Eurovisión 2026 se celebrará en Austria, pero Bélgica aún no sabe si hará las maletas… o si se queda en casa con la bata puesta. La RTBF, la cadena francófona belga que este año le toca mandar representante (recordemos que se turna cada edición con la flamenca VRT), ha dejado a todo el mundo con el croissant en la mano: «Seguimos el proceso de selección, pero no podemos confirmar la participación».

¿Perdón?

Sí, has leído bien: la RTBF no niega, pero tampoco afirma. En un alarde de diplomacia belga, han dicho que están en conversaciones activas con la UER (Unión Europea de Radiodifusión) y que, dadas las emociones encontradas del público y las crecientes exigencias de producción, están analizando sus pasos con calma. Que no cunda el pánico: lo más probable es que acaben yendo, pero mientras tanto, aprovechan para presionar a la EBU. Por si acaso, claro.

La sombra de Israel (y su televoto sorpresa)

Todo esto no ocurre en el vacío. La RTBF está mirando al cielo eurovisivo con una ceja levantada tras lo ocurrido este año en Basilea 2025, donde la participación de Israel volvió a generar tormenta. Y lo que ha terminado de encender la mecha es el dato que ha soltado la VRT: ¡el 25% del televoto belga fue para Israel!

Sí, has leído bien. Mientras media Europa cuestionaba la presencia israelí en el certamen por razones más que conocidas, en Bélgica la audiencia no solo no la ignoró, sino que la premió con 12 puntos, el máximo posible. En total, se emitieron 220.554 votos desde Bélgica (con una audiencia de unos 698.000 televidentes). No está nada mal.

Pero la cosa no acaba ahí. La VRT pidió ver los datos para verificar si el amor hacia la candidatura israelí era legítimo o un fallo del sistema. Resultado: los votos son correctos y en línea con lo anunciado en directo. La campaña de Israel fue mejor que la canción, dicen algunos analistas. Pero los votos están ahí y son legales. El televoto es soberano, aunque a veces deje a todos boquiabiertos.

¿Presión o postureo?

Que la RTBF aún no confirme su presencia parece, más que nada, una estrategia de presión. Con la credibilidad de la EBU en entredicho, las cadenas públicas están intentando sacar músculo para exigir cambios en el sistema de votación o, al menos, una reflexión más seria sobre los países participantes. ¿Funcionará? Lo veremos en otoño, cuando se decidan las reglas definitivas para Eurovisión 2026.

Por ahora, RTBF está dentro pero con cara de estar fuera, y la VRT aplaude desde la barrera mientras recuerda que, en 2027, les toca a ellos elegir representante. Bélgica, como siempre, jugando a dos bandas y sacando petróleo de su neutralidad calculada.

Fuente: Vrt news

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