¿Qué fue de Rosa López, la “Rosa de España” que conquistó Eurovisión 2002?

Corría el año 2002. El euro acababa de llegar a nuestros bolsillos, España organizaba un Mundial de baloncesto… y en televisión no se hablaba de otra cosa que de un programa llamado Operación Triunfo. De allí salió ella: una chica de Granada, humilde, sonriente, con vozarrón y alma de barrio. El público la bautizó como “La Rosa de España” y la adoptó como símbolo nacional.

Ganó OT con una diferencia abismal, y de premio, billete directo a Eurovisión 2002 en Tallin. Allí, con un vestido verde esmeralda y una sonrisa que iluminaba el Báltico, nos regaló un “Europe’s Living a Celebration” que todavía corean las verbenas de media España. ¿El resultado? Un séptimo puesto que supo a gloria bendita, sobre todo porque veníamos de épocas mucho peores.

De Eurovisión a icono pop nacionalSu primer disco, Rosa (2002), vendió más de 500.000 copias y se convirtió en la banda sonora oficial de aquel año. Las madres la adoraban, los niños querían abrazarla y hasta tu cuñado tarareaba su canción.Pero la fama post-OT fue una montaña rusa: discos como Ahora (2003), Ojalá (2004) y Me siento viva (2006) mantuvieron su presencia, aunque con altibajos. Ella, mientras tanto, se sometía a un cambio físico espectacular: perdió más de 40 kilos, se reinventó estilísticamente y dejó atrás la imagen de “chica de pueblo” que tanto había enamorado, para mostrarse como una artista pop más sofisticada.

Realities, televisión y reinvenciones

Rosa no se conformó con cantar. Ganó ¡Mira quién baila! en 2006, participó en Hit – La canción, Ven a cenar conmigo y hasta se atrevió con Tu cara me suena. Su vida personal y sus cambios de imagen han sido carne de prensa del corazón, pero siempre desde una cercanía que mantiene intacta su conexión con el público.

En 2017, TVE la eligió para estrenar su nuevo formato de Operación Triunfo con una emotiva actuación junto a los concursantes. En 2021 celebró 20 años de carrera con un nuevo álbum, Kairós, y una gira que la devolvió a los grandes escenarios.

Y ahora qué?

A día de hoy, Rosa sigue actuando en conciertos, galas y eventos benéficos. Vive en Granada, sigue cantando con la misma pasión y mantiene a una legión de fans que no la han soltado desde aquella primera gala de OT. Quizá no llene estadios como en 2002, pero cada vez que suena Europe’s Living a Celebration, las manos se alzan y la pista se llena.

Rosa López es, para toda una generación, el recuerdo vivo de una España ingenua, emocionada y pegada al televisor. No fue la artista más sofisticada, pero sí una de las más queridas. Supo reírse de sí misma, aguantar los vaivenes del negocio y seguir adelante con la cabeza alta.

En tiempos de talentos exprés, Rosa sigue ahí, demostrando que se puede sobrevivir al fenómeno fan… y hacerlo con dignidad.

Porque sí: seguimos viviendo una celebración.

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