Nemo devuelve el trofeo de Eurovisión en protesta por la gestión de la UER respecto a Israel

Nemo, ganadore de Eurovisión 2024 por Suiza, ha devuelto oficialmente el trofeo que obtuvo en Malmö. Lo ha hecho como gesto de protesta contra la decisión de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) de mantener a Israel en la competición de 2026, pese a las denuncias internacionales sobre la situación en Gaza.

El anuncio llegó a través de Instagram, donde el artista explicó que el trofeo “ya no tiene sentido en mi estantería”. Nemo, que siempre defendió los valores fundacionales del festival, asegura que hoy esos principios “no se están cumpliendo”.

“Los valores que celebramos en el escenario deben existir fuera de él”

En su mensaje, Nemo subraya que Eurovisión significaba algo concreto para elle: unidad, inclusión y dignidad. “Esos valores dieron sentido al festival para mí”, escribe.
Pero la permanencia de Israel, pese a que una comisión de Naciones Unidas concluyera que en Gaza se han cometido actos de genocidio, ha sido el detonante.

“Esto no va sobre artistas individuales”, aclara. “El festival se ha utilizado una y otra vez para suavizar la imagen de un Estado acusado de graves violaciones, mientras la UER insiste en que Eurovisión ‘no es político’.”

Para Nemo, la respuesta ya está a la vista: si países enteros se retiran por esta contradicción, “algo está profundamente mal”.

Un gesto sin precedentes en la historia del festival

Con la devolución del trofeo, Nemo lanza un mensaje contundente:

“Si los valores que celebramos en el escenario no se respetan fuera de él, incluso las canciones más hermosas pierden su significado.”

Y concluye con una frase que ya está circulando en toda la comunidad eurofán:

“Hasta que las palabras y los hechos vuelvan a alinearse, este trofeo es vuestro.”

Nemo ganó Eurovisión 2024 con The Code, una de las victorias más celebradas de los últimos años. Desde entonces, el artista había expresado en varias ocasiones su incomodidad con la presencia de Israel en el certamen. Pero devolver el trofeo supone un salto extraordinario: nunca antes un ganador había tomado una postura tan directa y simbólica contra la UER.

La crisis interna que ya atravesaba Eurovisión —con retiradas confirmadas de España, Países Bajos, Eslovenia o Irlanda— suma ahora un gesto que difícilmente podrá ignorarse en Ginebra.

Fuente: Instagram

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