Loïc Nottet vuelve a Eurovisión: Bélgica desempolva a su niño prodigio para su 70º intento
Diez años después de conquistar Europa con Rhythm Inside, Loïc Nottet vuelve a la carga. Bélgica, ese país experto en chocolatinas, surrealismo y decepciones eurovisivas, ha decidido que para la 70ª edición del Festival lo mejor es volver a lo que (más o menos) funcionó.
Sí, has leído bien: Loïc Nottet podría representar de nuevo a Bélgica en Eurovisión 2026, que —ironías del destino— se celebrará también en Austria. Parece que cuando Austria gana, Bélgica resucita a Loïc. ¿Coincidencia o conjuro pop?
¿La voz de la experiencia o un déjà vu?
Nottet fue seleccionado internamente por la RTBF tras una preselección de casi cuarenta candidaturas, entre ellas nombres como Mentissa, Henri PFR y Essyla, todos con perfiles mediáticos y canciones bajo el brazo. Pero al final, el chico de The Voice que baila como una sombra de Tim Burton y canta como si llevara un megáfono en el alma ha vuelto a ganar.
¿Había opciones nuevas? Sí. ¿Hacía falta arriesgar? También. ¿Lo han hecho? En absoluto. Porque si algo ha aprendido la delegación belga en los últimos dos años —tras sendos batacazos y eliminaciones en semifinales— es que a veces lo viejo sí que sabe mejor.
El regreso de un cuarto puesto glorioso
En 2015, Loïc Nottet se plantó en Viena con una estética en blanco y negro y cara de no haber dormido en tres semanas. Se llevó el cuarto puesto. Nada mal para un debut. Ahora, con 30 años recién cumplidos, tendrá que enfrentarse a un panorama musical europeo aún más competitivo, una generación Z con el scroll flojo y una audiencia que pide fuego artificial con mensaje social incorporado.
¿Logrará superar su propio listón? ¿Será este el comeback del siglo o un déjà vu con autotune?
Eurovisión 2026: la RTBF se la juega
Con esta elección, la televisión pública francófona belga no solo juega la carta de la nostalgia: juega la única carta que, en una década, le ha funcionado. ¿Arriesgado? Puede. ¿Estrategia de manual? También.
Bélgica lleva años esperando su momento. ¿Será este el año en que la torre del Atomium se ilumine por algo más que el orgullo escénico?
Fuente: Public.fr
