Georgia triunfa en Madrid con una balada que toca el alma

La Caja Mágica de Madrid se convirtió esta noche en el epicentro de la música infantil, acogiendo por primera vez la 22ª edición del Festival de Eurovisión Junior. La gran protagonista fue Georgia, que conquistó el certamen con To My Mom, una emotiva balada interpretada magistralmente por Andria Putkaradze.

El show comenzó con una vibrante actuación conjunta de Sandra Valero, Zoe Clauzure y María Isabel, que interpretaron el himno de esta edición, Let’s Bloom. A continuación, los presentadores Ruth Lorenzo, Marc Clotet y Melanie García dieron la bienvenida a los 17 países participantes, recordando también a las víctimas de la reciente DANA que azotó la Comunidad Valenciana.

De pijamas a la esperanza: el recorrido por todas las actuaciones

La gala comenzó con el desfile de las banderas, un momento mágico liderado por Sandra Valero, subcampeona del año pasado, junto a Zoé Clauzure, ganadora en 2022, y María Isabel, la estrella de 2004. Juntas interpretaron el himno oficial “Let’s Bloom”, arrancando la noche con un mensaje lleno de alegría y nostalgia.

Italia abrió la competición con Simone y su pegadizo tema “Pigiama Party”, seguido por Estonia, que presentó Tänavad, una propuesta de Annabelle cargada de ritmo y modernidad. Albania impresionó con Nikol y su “Vallëzoj”, un pop con toques de blues y una escenografía floral.

Leo, de Armenia, llevó a todos a otra galaxia con “Cosmic Friend” y su historia de amistad con un extraterrestre. Chipre, tras diez años fuera del certamen, nos transportó a sus aguas cristalinas con Maria Pissarides y “Crystal Water”. Titouan, de Francia, emocionó con la balada “Comme ci, Comme ça”, mientras que Ana & Aleksey representaron a Macedonia del Norte con el animado “Marathon”.

Polonia llegó de la mano de Dominik Arim, que con su balada “All Together” y un look inspirado en El Principito, cautivó al público. Georgia dedicó “To My Mom” a las madres, en una actuación cargada de sentimiento por Andria Putkaradze.

Y entonces llegó el turno de España. Chloe DelaRosa deslumbró con su “Como la Lola”, un homenaje a Lola Flores con un toque contemporáneo. Su puesta en escena fue simplemente espectacular: comenzó dentro de una astronave que se transformó en una cámara gigante, recreando un directo de TikTok. Con movimientos llenos de fuerza y acompañada por cuatro bailarinas, Chloe combinó tradición y modernidad, haciendo bailar y vibrar a toda la Caja Mágica. Su dedicación final a la “faraona” arrancó una de las mayores ovaciones de la noche. El jurado premió su actuación con 80 puntos, destacando los 10 puntos de Chipre y Ucrania.

Alemania trajo a Bjarne y su tema “Save the Best for Us” con una escenografía marina, mientras que Países Bajos animó la velada con el grupo Stay Tuned y su pegajoso “Music”. San Marino regresó tras ocho años con Idols SM y “Come Noi”. Artem, de Ucrania, tocó fibras sensibles con su Hear Me Now, mientras que Portugal emocionó con Victoria Nicole y su bilingüe “Esperança”, acompañada al piano. Irlanda puso a todos a bailar con “Le chéile”, de Enya Cox Dempsey, mientras que Malta cerró con broche de oro gracias a Ramires Sciberras y la conmovedora “Stilla ċkejkna”, inspirada en su historia personal.

Votaciones: emoción hasta el final

Las votaciones fueron intensas. Georgia arrasó en las puntuaciones del jurado, acumulando 180 puntos, mientras que el televoto impulsó a Portugal, que obtuvo 117 puntos y rozó la victoria.

La clasificación final quedó así:

  1. Georgia: 239 puntos
  2. Portugal: 213 puntos
  3. Ucrania: 203 puntos
  4. Francia: 177 puntos
  5. Malta: 153 puntos
  6. España: 144 puntos

El público madrileño aplaudió con entusiasmo los 64 puntos otorgados a Chloe en el televoto, asegurando que su actuación no pasara desapercibida.

Un legado georgiano en Eurovisión Junior

Con esta victoria, Georgia suma ya cuatro trofeos en su palmarés, consolidándose como una de las grandes potencias del certamen infantil. Desde su debut en 2008 con “Bzz…” hasta el triunfo de “Mzeo” en 2016, el país ha demostrado su capacidad para emocionar a Europa con historias y melodías únicas.

Madrid despidió el festival con la ovación de un público que, entre lágrimas y alegría, dejó claro que la magia de Eurovisión Junior trasciende fronteras y generaciones.

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