Eurovisión 2026 tiembla: la UER votará en secreto el futuro de Israel en Viena

El Eurovision Song Contest 2026, previsto para mayo en Viena, podría celebrarse sin Israel. Lo que parecía una mera especulación se ha convertido en una crisis diplomático-musical de primer nivel dentro de la Unión Europea de Radiodifusión (UER).
Fuentes internas confirman que el organismo ha convocado una votación secreta entre sus 68 miembros, un procedimiento excepcional que solo se activa cuando el número de países que amenazan con boicotear el certamen supera la línea roja: cinco o más.
Austria, anfitriona entre la memoria y la polémica
El país organizador, Austria, no podía encontrarse en un escenario más incómodo. Por un lado, celebra el 70º aniversario del festival; por otro, arrastra —como recordaba la prensa local con cierta mala leche— un “legado histórico sensible”que convierte cualquier exclusión en un tema de alta temperatura simbólica.
El director general del ORF, Roland Weißmann, ha defendido la presencia de Israel en el concurso como “una cuestión de principios culturales”, mientras que el cantante JJ, flamante ganador en Basilea 2025, ha hecho justo lo contrario: pedir públicamente su expulsión, comparando la situación actual con el precedente de Rusia en 2022.
Un gesto que ha desatado un auténtico terremoto en la esfera eurovisiva, con debates tan intensos como las coreografías que suelen ocupar el escenario.
La decisión más delicada en la historia reciente de la UER
La EBU, que en su comunicación interna habla de una “situación sin precedentes”, se enfrenta a un dilema sin manual de estilo.
El conflicto entre Israel y Gaza, con miles de víctimas civiles, ha hecho que la presión de emisoras públicas y patrocinadores se dispare. España, Irlanda, Países Bajos, Eslovenia, Islandia y hasta la BBC británica han amenazado con no participar si Israel sigue en la lista.
Una fuente próxima al comité ejecutivo resume el clima de la reunión celebrada este jueves en Ginebra:
“El ambiente era tenso. Había directores generales con discursos más largos que un televoto sueco, y nadie quería ser el primero en pronunciar la palabra expulsión”.
El voto anónimo —un mecanismo que la UER reserva para los momentos más espinosos— podría inclinar la balanza hacia una mayoría silenciosa dispuesta a excluir a Israel.
¿Eurovisión sin Israel? La música (por ahora) no se detiene
Aunque la decisión final se espera para noviembre, los preparativos en Viena siguen adelante. El ORF ha asegurado que el certamen “se celebrará pase lo que pase”, incluso si se produce la ausencia israelí. El lema elegido, “Espectacular, pero sobrio”, suena más a declaración de prudencia que a eslogan festivo, pero encaja con el clima actual.
Mientras tanto, el público eurofán debate con una mezcla de ansiedad y sarcasmo: ¿cómo mantener el espíritu apolítico de Eurovisión cuando el contexto geopolítico se cuela por los focos y las lentejuelas?
La respuesta, de momento, se votará a puerta cerrada.
Fuente: Kronen Zeitung