Cuando España tocó fondo en Eurovisión: todas las veces que quedamos últimos

Quedar último en Eurovisión es ese tipo de trauma que no se olvida… y que, en nuestro caso, se recuerda año tras año como si fuera una tradición patria más, junto al turrón y los atascos en la operación retorno. España, pese a sus victorias gloriosas, ha conocido el fondo de la tabla más veces de lo que nos gustaría admitir.

1962 – Víctor Balaguer y la canción que se perdió en la traducción

Llámame sonaba a bolero de sobremesa, y en el escenario de Luxemburgo pasó completamente desapercibida. Resultado: última posición con cero puntos. Al menos, Balaguer quedó como el caballero elegante que nunca pierde la compostura.

1965 – Conchita Bautista y un déjà vu poco agradable

Nuestra Conchita volvió a Eurovisión con Qué bueno, qué bueno, pero la Europa de mediados de los 60 no estaba lista para tanta alegría andaluza. Otra vez cero puntos y otra vez al fondo.

1983 – Remedios Amaya y su barco sin remos

¿Quién maneja mi barca? se convirtió en un clásico… pero no precisamente por su éxito en el concurso. Remedios fue valiente llevando flamenco puro a Múnich, y Europa respondió con un rotundo cero. La frase “me dejó en la orilla” nunca fue tan literal.

1999 – Lydia y el vestido arcoíris

En Jerusalén, No quiero escuchar quedó última con un único punto (gracias, Croacia). El vestido, más recordado que la canción, pasó a la historia eurofan.

2017 – Manel Navarro y la famosa “gallina”

Do It for Your Lover apuntaba a pop playero, pero entre una puesta en escena sosa y el gallinazo histórico, España se llevó el último puesto con 5 puntos. Las redes sociales aún no han cerrado el meme.

Quedar último duele, pero al menos nos ha dejado momentos icónicos que siguen dando conversación y memes. Porque si algo hemos aprendido es que, incluso tocando fondo, España sabe hacerlo con estilo.

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