Caos en el ORF: activistas propalestinos irrumpen en la sede y dejan al ente público en el ojo del huracán

Un asalto relámpago que hizo temblar al periodismo austríaco… pero no tanto

Tarde movidita en Viena. Según confirmó la propia ORF a la agencia APA, un grupo de activistas propalestinosprotagonizó esta tarde una «störaktion» —vamos, un asalto exprés— en el ORF-Mediencampus, sede de la radiotelevisión pública austríaca.

La policía fue avisada alrededor de las 16:00 horas y, tras unos minutos de tensión, la protesta fue disuelta y los activistas retirados del recinto. Fin del thriller. O casi.

“No se interrumpió nada… pero casi”

El ORF insiste en que no hubo riesgo para las personas, ni se interrumpieron las emisiones en directo. Eso sí, el susto se lo llevaron. En un comunicado, la cadena defendió su “compromiso con la objetividad y la imparcialidad” en la cobertura del conflicto de Gaza y rechazó cualquier acusación de parcialidad.

Traducción libre: “Podemos tener lío en la puerta, pero en el plató seguimos con la escaleta intacta”.

El vídeo que incendia las redes: “ORF enabled genocide”

El diario Kurier ha publicado un vídeo en el que se ve a varios activistas retenidos por la policía en el suelo. En la grabación se aprecia un mensaje escrito en grande: “ORF enabled genocide” (“El ORF permite un genocidio”).

Vamos, lo que se dice tirar la bomba mediática… sin metáforas.

La FPÖ, indignada: “Un escándalo de seguridad”

La polémica no tardó en cruzar el pasillo político. Christian Hafenecker, secretario general de la ultraderechista FPÖ, calificó la irrupción de “escándalo de seguridad de primer orden” y criticó que, a pesar de que la acción se había anunciado en redes, los activistas llegaran hasta el propio Newsroom.

Por si fuera poco, insinuó que los asaltantes pudieron tener ayuda desde dentro del ORF. Vamos, que aquí ya huele a thriller de sobremesa con conspiración interna incluida.

Próximos capítulos: política, periodismo y pasillos muy tensos

El incidente reaviva el debate sobre libertad de expresiónseguridad en las sedes de medios y la siempre delicada relación entre periodismo público y conflictos internacionales. En resumen: el ORF promete ser neutral, la FPÖ pide explicaciones y la policía sigue investigando posibles colaboradores internos.

Y todo esto a apenas un día después de que se anunciara la ciudad sede de Eurovisión 2026. Viena, prepárate, que las cámaras vuelven a apuntar en tu dirección.

Fuente: Vienna.at

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