Tony Aguilar no se muerde la lengua: “Fue un alegato por la paz, no me arrepiento de nada”

Photo: RTVE

Eurovisión 2025 sigue dando titulares más allá del micrófono. Dos semanas después de la tormenta, Tony Aguilar ha decidido hablar claro —como siempre— sobre sus comentarios en directo durante la segunda semifinal del certamen. ¿El centro del debate? Sus palabras, junto a las de su compañera Julia Varela, antes de la actuación de la representante de Israel, Yuval Raphael.

Mientras otros comentaristas optaron por nadar y guardar la ropa, Aguilar y Varela se zambulleron de cabeza en lo que la UER habría preferido esquivar: la guerra en Gaza. Acompañando la postal de presentación de la artista israelí, ambos aprovecharon para recordar que la cifra de víctimas en Palestina superaba ya las 50.000 personas, entre ellas más de 15.000 menores, según datos de Naciones Unidas.

La reacción fue fulminante. La Unión Europea de Radiodifusión (UER) amenazó con sancionar a RTVE si repetían algo similar durante la final. ¿Y qué hizo la corporación española? Pues no repetir el mensaje en la gala, no. Lo emitió justo antes, en prime time, con una declaración institucional donde defendía que «frente a los derechos humanos, el silencio no es una opción». Touché.

Ahora, con el polvo algo más asentado, Tony Aguilar ha roto su silencio en una entrevista con El Correo Gallego. Lejos de retractarse, el catalán se reafirma:

“Yo no me arrepiento. Al contrario, estoy muy tranquilo. Fue un alegato por la paz. Dijimos muy claramente: ‘Esto no es contra ningún país, es una petición de paz, valores por los cuales nació el festival de Eurovisión’”.

Y por si quedaba alguna duda de parcialidad, recuerda que en la misma intervención se mencionó que Yuval Raphael fue víctima de un atentado de Hamás:

“Eso fue realmente un alegato por la paz. Quien ha entendido solo una parte de la presentación es que no se ha parado a escucharla entera”.

Mientras tanto, RTVE ha salido airosa del embrollo, reforzando su compromiso con los derechos humanos sin romper las reglas del juego. ¿Una jugada diplomática o una osadía calculada? Sea como sea, queda claro que en esta edición de Eurovisión, el verdadero espectáculo no solo estuvo en el escenario.

Fuente: El correo gallego

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