Eslovenia se planta: exige a la UER una auditoría forense del televoto de Eurovisión

La televisión pública eslovena solicita acceso completo a los datos de televoto de los últimos tres años y pone en duda la integridad del sistema. Todo muy eurovisivo, pero esta vez sin lentejuelas.

Photo: Sarah Louise Bennett (EBU)

El Festival de Eurovisión 2025 ha terminado, pero el drama —ese que tanto gusta, especialmente cuando se sirve frío y con membrete oficial— continúa. RTV Slovenija, la televisión pública eslovena, ha enviado una nueva carta a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) solicitando explicaciones claras y datos completos sobre el televoto en Eurovisión. No solo de este año, sino también de 2023 y 2024. Porque, al parecer, en Ljubljana no les cuadran las cuentas. Y cuando los números no cuadran en Eurovisión, ya sabemos que alguien termina afinando, pero no precisamente la voz.

¿Qué pide Eslovenia? Transparencia. ¿Y qué ofrece la UER? Silencio administrativo, de momento.

La misiva, firmada por la directora de TV Slovenija, Ksenija Horvat, reclama sin rodeos una auditoría forense independiente de los resultados del televoto de los dos últimos años. Además, exige que sus conclusiones se hagan públicas. Según RTV Slovenija, se han detectado «irregularidades estadísticas evidentes» en los patrones de votación de 2025, que —igual que ocurrió en 2024— siembran dudas serias sobre la fiabilidad del televoto.

Porque claro, uno puede asumir que tu favorita no gane. Puede tragar con que te dejen fuera de la final. Pero que el algoritmo o el recuento de SMS estén trucados… eso ya es otro cantar.

Los datos, por favor. No solo las luces LED.

La cuestión que plantea la televisión eslovena no es menor: si los ciudadanos pagan por votar (y lo hacen, con tarifas no precisamente simbólicas), tienen derecho a saber cómo se gestionan y contabilizan sus votos. Y en ausencia de transparencia, la confianza en el sistema se desvanece más rápido que un cero del jurado alemán.

“La UER y sus operadores afirman que el proceso ha sido válido. Pero sin acceso verificable a los datos, estas afirmaciones no hacen más que alimentar la desconfianza”, ha argumentado Horvat. Según explica, ya en 2024 RTV Slovenija intentó obtener información detallada sobre el sistema de votación, pero la respuesta fue que “no se ajustaba a la política de confidencialidad de la UER”.

Cuando la transparencia amenaza el negocio

La directora general va más allá y deja una pulla cargada de razón: “Las emisoras públicas existen para servir al interés público. Cuando la confidencialidad comercial choca con la responsabilidad pública, cualquier retención de información debe estar claramente justificada”. Y remata exigiendo que, si la UER se niega a compartir los datos por razones de negocio, explique con todo detalle qué daño irreparable causaría la transparencia… y por qué ese daño es peor que la sospecha generalizada de pucherazo.

Touché.

Fuente:RTVSLO

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